Centro de Estudios Homeopáticos de Argentina
FARMA GREEN
Instituto Hahnemanniano Internacional
Unidad 05
Abordaremos los siguientes conceptos:
Enfermedades agudas y crónicas.
Análisis de los parágrafos 9 y 10. Energía vital, sus propiedades.
Enfermedades agudas y crónicas:
Hahnemann clasificó las enfermedades en dos grandes grupos, según el tiempo que duran: en agudas y crónicas. En general la enfermedad aguda, librada a su propia suerte, tiende por medio de las defensas naturales del organismo, a curar, o provoca en poco tiempo la muerte (por ej., una apendicitis, se muere, un refrío, cura). Al contrario, la enfermedad crónica librada a su propia suerte, o incluso, con las intervenciones ortodoxas actuales, produce un deterioro progresivo de la salud del paciente, y dura toda la vida, hasta la muerte. La enfermedad crónica, si es abandonada a sí misma, y no dominada con el empleo de remedios específicos para ella, siempre va en aumento, empeorándose no obstante el mejor régimen mental y físico, y atormentan al paciente hasta el fin de la vida con sufrimientos que se agravan constantemente.
Los medicamentos homeopáticos que se utilizan para la enfermedad aguda, se indican, generalmente, a baja potencia, y según los síntomas agudos expresados por el paciente. Los medicamentos homeopáticos indicados para enfermedades crónicas, en cambio, se indican a altas potencias, y para la personalidad , o sea para el paciente, y no para el nombre de enfermedad. Estos actúan sobre el terreno que predispone a esa persona a enfermar de ese modo (miasma).
En el Parágrafo 72 del Organón, Hahnemann dice:
“Con respecto al primer punto, lo siguiente servirá como una moción preliminar general. Las enfermedades a que el hombre está sujeto son ya procesos rápidos y morbosos de la fuerza vital anormalmente desviada que tienen tendencias a terminar su período más o menos rápidamente, pero siempre en un tiempo de duración mediana, que se llaman enfermedades agudas; o son enfermedades de carácter tal que, con un principio pequeño o imperceptible, desvían dinámicamente el organismo vivo, cada una a su manera peculiar, que le obligan a separarse gradualmente del estado de salud de tal modo que la energía vital automática llamada fuerza vital, cuyo fin es preservar la salud, solamente les opone al principio y durante su curso, una resistencia imperfecta, impropia e inútil, que es incapaz por sí misma de destruir y las sufre irremediablemente (y las desarrolla) siendo cada vez más apartada de lo normal, hasta que al fin el organismo se destruye; estas enfermedades se llaman crónicas. Son causadas por infección dinámica con un miasma crónico.”
Y en el 78:
“Las verdaderas enfermedades crónicas naturales son las que se originan de un miasma crónico, las cuales abandonadas a sí mismas o no dominadas con el empleo de los remedios que les son específicos, siempre van en aumento y empeorándose, no obstante el mejor régimen mental y físico, y atormentan al paciente hasta el fin de su vida con sufrimientos que siempre se agravan. Estas, exceptuando las producidas por tratamiento médico erróneo, son las más numerosas y la calamidad más grande de la raza humana, pues la constitución más robusta, el método de vida mejor regulado y la energía de la fuerza vital más vigorosa, o insuficientes para destruirlas o desarraigarlas * .
* Durante los años florecientes de la juventud y con el comienzo de la menstruación, unido a un género de vida beneficioso para el alma, el corazón y el cuerpo, permanecen desconocidas por años. Los afectados aparecen en perfecta salud a sus parientes y amigos y la enfermedad transmitida por infección o heredada, parece haber desaparecido completamente. Pero en años posteriores, después de acontecimientos y condiciones adversas de la vida, se presentan con seguridad y se desarrollan con más rapidez y revistiendo un carácter más serio en proporción con la perturbación del principio vital por pasiones debilitantes, penas y cuidados, pero especialmente cuando ha sido desordenado por un tratamiento médico inadecuado.
Parágrafos 9 y 10
Parágrafo 9º :
“En el estado salud, la fuerza vital (autocrática) que dinámicamente anima el cuerpo material (organismo), gobierna con poder ilimitado y conserva a todas las partes del organismo en admirable y armoniosa operación vital, tanto respecto a las sensaciones como a las funciones, de modo que el espíritu dotado de razón, que reside en nosotros, pueda emplear libremente estos instrumentos vivos y sanos para los más altos fines de nuestra existencia.”
Es evidente que en este parágrafo Hahnemann aborda el proceso terapéutico desde un concepto vitalista y dinámico de la enfermedad, y no desde un concepto organicista y material, por tal motivo ha desarrollado un método de preparación de medicamentos que actúen en el plano dinámico mediante un proceso farmacotécnico propio y exclusivo de la homeopatía que activa nuevas propiedades en las sustancias y que ha denominado dinamización.
Parágrafo 10º
“El organismo material, sin la fuerza vital, es incapaz de sentir, de obrar, de conservarse a si mismo *; todas las sensaciones nacen y todas las funciones vitales se realizan por medio del ser inmaterial (el principio vital) que lo anima, tanto en el estado de salud como en el de enfermedad.
* Está muerto y sujeto ya únicamente al poder del mundo físico externo, que al corromperlo lo reduce a sus elementos químicos.”
Ese principio vital que existe tanto en salud como en enfermedad, es influenciable, tanto sea por el poder magnético de imanes, como por el poder dinámico de los medicamentos homeopáticos. El medicamento homeopático desencadena una respuesta de este principio vital; por ello es considerada también a la Homeopatía como una terapéutica por estímulo.
Energía vital
Energía es: la capacidad de un cuerpo, o de un sistema de cuerpos, de producir trabajo; es la potencia activa de un organismo.
Desde nuestro punto de vista, esta definición parece incompleta, ya que la energía vital va mucho más allá de los límites físicos. ¿Qué es lo que hace que vivamos? ¿Por qué crecemos, por qué nuestras células se reproducen, por qué nacen las flores, por qué envejecemos, por qué “morimos”? :
Por la acción de la Energía Vital. Un ejemplo interesante lo vemos día a día en las calles; todos hemos observado cómo las raíces de los árboles pueden levantar y romper una vereda e incluso los cimientos de una casa. ¿Acaso las células de estas raíces son más fuertes que el cemento?, Todos sabemos que las células no son más resistentes que las baldosas y el cemento y sin embargo esta es una muestra del poder de dicha energía vital.
No se trata de magia ni de milagros, ni de misterio ni de ocultismo, sino simplemente del fluido de la vida. Existimos gracias a esa energía vital y ella existe en nosotros. Podemos, aunque burdamente, compararla a otra forma de energía como es la electricidad. La electricidad genera luz, la energía vital genera vida; la electricidad necesita de un cable conductor y de un interruptor para emitir luz, la energía vital necesita seres.
Cuando esa energía vital se perturba, el cuerpo realiza acciones para restablecer el equilibrio vital mediante síntomas (incluidos síntomas de eliminación de toxinas). A este conjunto de síntomas la medicina convencional los clasifica y les pone un nombre de enfermedad.
La energía vital es perturbada por otras formas energéticas como:
- Calor, electricidad, radiaciones, traumatismos (medios físicos).
- Tóxicos, medicamentos, alimentos (medios químicos).
- Contagios bacterianos ( medios biológicos).
- Penas, frustraciones, sustos, represiones ( medios psíquicos ).
- Medicamentos homeopáticos dinamizados (es el medio dinámico utilizado para encausar la perturbación de la energía vital).
LA FUERZA VITAL: (ENERGÍA VITAL)
SÍNTESIS DIDÁCTICA